30 de marzo de 2011
25 de marzo de 2011
Preparándose para la Invernada -Diario de un Apicultor -Bitácora de viaje.........
Acaba de terminar una
campaña que superó a las 4 o 5 anteriores en rinde de miel por colmena. La
cosecha y extracción de miel son tareas que demandan mucho esfuerzo y trabajo
físico en pleno verano y trabajando a pleno sol, algo que, el apicultor
disfruta, aunque suene extraño.
Saber que ese trabajo rinde
sus frutos por supuesto es demás gratificante.
Pero no termina el ciclo del
trabajo con el llenado de los tambores.
Muy lejos de esto, se
inician tres tareas básicas: programar y ejecutar la comercialización (no
siempre es fácil y beneficiosa para el productor); determinar el nivel de
Varroasis en los colmenares y realizar las curas necesarias en consecuencia y
preparar la colonia para que pase el invierno “sana y salva” es decir que al
llegar el inicio de la primavera esté en condiciones de producir nuevamente una
buena cosecha.
La buena cosecha se da con
una colmena bien invernada, un buen campo y un apicultor que la trabaje
correctamente.
En general existe un avance
en el nivel de Varroasis (enfermedad, producida por un ácaro llamado Varroa destructor) en casi todo el país
y los medicamentos veterinarios utilizados para su control no siempre resultan
eficaces o porque no cumplen las condiciones de un buen acaricida o porque son mal utilizados (época del año en la
que son colocados en la colonia o sitio dentro de la colonia en donde se los
ubica).
Acaba de iniciarse el otoño
y hablamos de invernada y es así porque en apicultura el productor y sus abejas
deben estar listos y esperando “la campana de largada”; el instinto de
supervivencia tan especializado de las abejas (no ocurre así con otras
especies) no nos permite a los apicultores demorarnos en nuestra tareas y menos
esperar a que sucedan para actuar. Por otra parte el ácaro varroa continúa su
ciclo y es en esta época y en primavera en donde se da una situación que lo
ayuda a diseminarse y es el pillaje;
esto es el ataque de abejas de una colonia hacia otra que quizás ( o nó)
contenga más alimento que la que agrede. En este “ataque” por el alimento
muchas obreras transportan varroas en sus cuerpos y las diseminan entre otras colmenas.
Es tan peligroso no prestar
atención a este parásito como a la reserva de alimento que la colmena posee.
Entonces, otra de las tareas básicas de prepararse para la invernada es estimar
el nivel de reservas de alimento que le dejamos a las colmenas.
Hay quienes dejan buena
cantidad de miel y otros que la suplantan totalmente por otros azúcares que si
bien cumplen la función de todo hidrato de carbono, nunca equiparan a un marco
de miel como reserva. Según zonas y calidad de colmena se dejarán los kilos
necesarios para que invernen correctamente. Es preciso aclarar que a medida que
avanza el otoño la colmena naturalmente se comprime y nosotros debemos
acompañar ese movimiento natural achicando el espacio dentro de la colmena; así
el nido de cría o Bola invernal , en este caso verá reducida la necesidad de
gastar energía para mantener la temperatura de 34-35 ºC durante todo el
invierno en el centro del nido.
Comercialización
Justa – Varroasis – Reservas Nutricionales
Estos tres aspectos son
tarea básica ahora para poder repetir una buena campaña el año próximo, a no
descuidarse, rotar los acaricidas (no curar siempre con lo mismo) y evaluar
mediante la Prueba del Frasco el nivel de Varroa antes y
después de la cura, es recomendable hacerlo antes de que llegue el pleno
invierno cuando quizás ya sea demasiado tarde para enmendar errores. Ahora es
el momento de reducir el porcentaje de mortandad invernal.
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