15 de agosto de 2010

Campaña 2010 - 2011


A finales de la primer década de este nuevo siglo XXI; se está terminando de definir otra gran y ajustada vuelta de rosca para el sector apícola.
También para otros sectores que alguna vez fueron orgullo de Argentina como el ganadero.
La apicultura de 100 kgs. de miel por colmena de promedio propia de las décadas del 50; 60 y 70´s es solo un recuerdo de los mayores.
Los rindes más recientes de 60 kgs. de miel por colmena solo podrán lograrse en un par de micro-regiones del país y solo por apicultores profesionales o sea aquellos que viven de, para y por las abejas .
Debajo de estos, una enorme (la mayoría) franja de apicultores medianos y chicos hacen malabares para no quedarse en el andén mientras pasa el tren de la tecnología y la oportunidad.
Sin flores en el campo, gracias al glifosato, y a la receta mágica de la agricultura actual (monocultivo+agroquímicos) es probable que se resienta aún más la sobrevida del principal polinizador que existe en la naturaleza, la abeja (apis mellifera).
Esto está ocurriendo en casi todo el mundo; mortandades aún no explicadas científicamente, llamadas CDC (Síndrome de Despoblamiento de la Colmena) han puesto en jaque, por ejemplo, a la industria frutícola de USA, por falta de apicultores polinizadores; esta situación privilegia a la Argentina , pues este proceso aún no se a dado en Sudamérica.

Carencias nutricionales severas y grandes mortandades ocasionadas por el parásito Varroa obligan a replantearse para que y como ser apicultor en países con alteraciones medioambientales graves.
Muchos creen que este modelo de agricultura, no es sustentable y ya no puede seguir mucho tiempo más y se equivocan…Este modelo es perjudicial para el medio ambiente y así y todo será sustentable muchos años más y generará mucho más dinero en las próximas décadas; es decir; por muchos años más se seguirá creyendo que está “todo bien” y se seguirá destruyendo el medio ambiente. Al mismo tiempo
“el mundo” pedirá más soja como alimento para fabricar más alimento o biodisel…la consecuencia en nuestra región es la misma.
Frente a esta situación vale la pena detenerse a pensar en un nuevo planteo productivo algo que hasta hace pocos años ni pensábamos que nos iba a pasar.
Existe la posibilidad de ejercitar una apicultura rentable aún en medio del “desierto verde” o en medio de “un mar de soja”.

En la actualidad la mayoría de los apicultores piensa en la apicultura pasada…la que ya no existe. Los que advirtieron esta situación de cambio hace un par de años hoy son los que mayores posibilidades de subsistencia tienen.
Si el medio ambiente no puede modificarse para bien, solo queda modificar el modo de ejercitar la apicultura respetando sin dudas la biología de las abejas.
La Tecnología aplicada a la producción y el manejo actualizado de las colmenas son hoy el mejor camino.
Alguna vez se hizo en producción lechera y ganadería y se modificó totalmente el modo de producir en estas industrias pecuarias.
Nutrición, Sanidad y Genética son ahora ítems que si o sí deben abandonar los libros y ser protagonistas en el campo.
Este es el desafío que se plantea para quienes desean seguir produciendo miel.
La miel deberá ser recatalogada; la calidad de la Miel Argentina es demasiado buena para que siga siendo “miel de corte”, es decir miel que se utiliza para mejorar otras mieles de calidad muy inferior como las de Brasil o China.
Exportar sin tipificar, sin categorizar es regalar el trabajo en el campo.
La apicultura actual exige, como nunca antes, un cuidadoso seguimiento de la calidad del producto.
Trazabilidad de las tareas desarrolladas en el campo, atención especial a la nutrición y a la sanidad
La última campaña mostró que en plena cuenca del salado, algunos productores produjeron hasta 60 kgs de miel por colmena. Antes se lograba a fuerza de naturaleza, ahora a fuerza de trabajo y correcto manejo de la colmena.

Se afianza la idea de que menos colmenas con mayor producción por unidad es más rentable que muchas que produzcan poco….esto que parece una verdad universal, no fue considerado así en el sector apícola.
Los apicultores hobbystas sugieren no retirar la miel de las colmenas ….en un planteo de apicultura comercial o profesional esto es un despropósito, una incoherencia
El principal insumo del apicultor es el azúcar y en los últimos dos años la relación existente entre costo del kilo de azúcar y el kilo de miel se ha ido perdiendo y es necesario vender la miel producida porque es cada vez menos lo que se produce. La implementación de estrategias artificiales de nutrición se ve como una alternativa viable.
Los grupos INTA-Cambio Rural han hecho punta en este sentido y han crecido en número y en capacidad productiva. Una buena señal en medio de una crisis sin precedente para el sector.
Pero no es solo producir, la comercialización sigue siendo un área defectuosa en donde el que más gana es el jamás trabaja en el campo.
La idea de potenciarse en comunidad con Municipios u otras entidades asociativas de productores para mejorar o incluso, encontrar nuevos canales de comercialización merece la pena ser considerada.
La campaña 2010-2011 ya comenzó con los preparativos pre-cosecha que llegará en verano.
Anticiparse con trabajo proactivo a los eventos que la naturaleza nos propone es una buena idea.


Es lo que hacen las abejas.